Una adicción (del latín addictĭo) es una enfermedad física y emocional, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el sentido
tradicional es una dependencia o necesidad hacia una sustancia,
actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la
persona. En su sentido etimológico, «adicto» proviene del latín, que
denotaba al deudor que, por falta de pago, era entregado como esclavo a
su acreedor.
Está conformada por los deseos que consumen los pensamientos y comportamientos (síndrome de abstinencia)
del adicto, y estos actúan en aquellas actividades diseñadas para
conseguir la sensación o efecto deseado y para comprometerse en la
actividad deseada (comportamientos adictivos). A diferencia de los
simples hábitos o influencias consumistas, las adicciones son «dependencias»
que traen consigo graves consecuencias al adicto. Estas consecuencias
afectan negativamente la vida personal y social del individuo y su salud
(física y mental), así como limita la capacidad de funcionar de manera
efectiva. Es adicta la persona que cree que no puede vivir sin la
influencia de cierta sustancia química, por lo cual la consume en forma
permanente y compulsiva.
El adicto no controla su adicción, sino que vive en función de ésta:
este es el eje y el condicionante de toda su rutina; si trata de salir
repentinamente de esta rutina, se ve afectado por problemas de ansiedad
y, por lo general, vuelve a caer en el consumo de su adicción, aunque
puede dejar de ser adicto después de pasar por una fase llamada "mono